[NOTA] Revista Nido: Gracias Guapas
Al fin una (tele)novela en el primer time que refleja verdaderas emociones (o casi). Para creernos, escuchá nuestras razones
Acostumbrados al mundo ficticio que rige en los canales de aire en el prime time, un mundo en donde las familias tienen en sus casas desayunos de hoteles con jugo de naranja flúor, el chofer tiene la cara de Juan Darthés, y hay un único bar en toda la ciudad en donde todo un grupo de amigos se junta siempre pero nunca paga (¿cómo Nico Vazquez en MADS no se funde?), Guapas aparece como un baldazo de agua fría, como un mundo si no real, un tanto más cercano a nuestra vida cotidiana.
La representación de este grupo de mujeres, que se enojan (mucho), que toman malas decisiones y se arrepienten (o no), que se emborrachan, que hablan mal a las espaldas de los demás, y que tienen códigos por Whatsapp es un gran avance para la representación de las mujeres en los medios argentinos, que tanto afecta cómo terminan siendo percibidas en el mundo real. En Guapas, cosas como la edad, la ropa no interfieren en la amistad. Y no son todas iguales: son diferentes, muy diferentes, pero igual son amigas. No son un lookbook de chicas lindas idénticas con novios lindos idénticos con problemas lindos idénticos. Tienen presencia, tienen motivos que las impulsan a actuar, tienen emociones en serio.
¿Por qué Mónica (personificada a la perfección por Mercedes Morán) es tan mala con todos? ¿Por qué Mey (una perfecta Carla Peterson) no entiende que su novio piloto nunca va a dejar a su mujer? Porque la vida no es siempre tan fácil, y a las mujeres no les tiene que venir para enojarse o cometer errores; las mujeres se enojan y se equivocan, y eso no debería ser novedad, o un tema tabú.
Guapas se ubica en esta tendencia de mostrar historias creíbles con mujeres creíbles en una cadena “mainstream” en donde se ubican como pionera y principal ejemplo Girls, la serie de creada por Lena Dunham en HBO, que alimentó tantas polémicas por mostrar su cuerpo desnudo y mostrar escenas de sexo “real”. Recién es 2014, y falta muchísimo para que Argentina deje de ser una sociedad machista, y que eso sea lo que se refleja en nuestra televisión. Hola Showmatch, hola Fantino, hola Sofovich. Sin embargo, es una satisfacción ver que empieza a haber un lugar en el prime time para historias bien contadas de mujeres, sin la necesidad de que sea un programa solo para mujeres. Somos más de la mitad de la población, hombres, acostúmbrense.
Via Revista Nido
Acostumbrados al mundo ficticio que rige en los canales de aire en el prime time, un mundo en donde las familias tienen en sus casas desayunos de hoteles con jugo de naranja flúor, el chofer tiene la cara de Juan Darthés, y hay un único bar en toda la ciudad en donde todo un grupo de amigos se junta siempre pero nunca paga (¿cómo Nico Vazquez en MADS no se funde?), Guapas aparece como un baldazo de agua fría, como un mundo si no real, un tanto más cercano a nuestra vida cotidiana.
La representación de este grupo de mujeres, que se enojan (mucho), que toman malas decisiones y se arrepienten (o no), que se emborrachan, que hablan mal a las espaldas de los demás, y que tienen códigos por Whatsapp es un gran avance para la representación de las mujeres en los medios argentinos, que tanto afecta cómo terminan siendo percibidas en el mundo real. En Guapas, cosas como la edad, la ropa no interfieren en la amistad. Y no son todas iguales: son diferentes, muy diferentes, pero igual son amigas. No son un lookbook de chicas lindas idénticas con novios lindos idénticos con problemas lindos idénticos. Tienen presencia, tienen motivos que las impulsan a actuar, tienen emociones en serio.
¿Por qué Mónica (personificada a la perfección por Mercedes Morán) es tan mala con todos? ¿Por qué Mey (una perfecta Carla Peterson) no entiende que su novio piloto nunca va a dejar a su mujer? Porque la vida no es siempre tan fácil, y a las mujeres no les tiene que venir para enojarse o cometer errores; las mujeres se enojan y se equivocan, y eso no debería ser novedad, o un tema tabú.
Guapas se ubica en esta tendencia de mostrar historias creíbles con mujeres creíbles en una cadena “mainstream” en donde se ubican como pionera y principal ejemplo Girls, la serie de creada por Lena Dunham en HBO, que alimentó tantas polémicas por mostrar su cuerpo desnudo y mostrar escenas de sexo “real”. Recién es 2014, y falta muchísimo para que Argentina deje de ser una sociedad machista, y que eso sea lo que se refleja en nuestra televisión. Hola Showmatch, hola Fantino, hola Sofovich. Sin embargo, es una satisfacción ver que empieza a haber un lugar en el prime time para historias bien contadas de mujeres, sin la necesidad de que sea un programa solo para mujeres. Somos más de la mitad de la población, hombres, acostúmbrense.
Via Revista Nido
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