[NOTA | FOTOS | SCAN] Clarín • Mey y Donofrio: Un amor entre el cielo y la tierra

En “Guapas” (El Trece), ella es azafata y él trabaja en el mantenimiento de aviones. Mey es de clase alta venida a menos y Donofrio, un sindicalista romántico. Se desean, se aman, se pelearon. La historia de una actriz consagrada y el actor que pinta como la revelación del año.

Una pareja que funciona Peterson y Ajaka lograron una buena química que trasciende la pantalla./ ruben digilio

Ella no es de ese tipo de actrices que no hacen notas compartidas y, mucho menos, si el otro no es protagonista. El es de los que tienen buena memoria y, por más que ahora le hayan escrito en la puerta de su casa ‘Alberto Ajaka capo ’ -indiscutible señal de reconocimiento-, no se olvida de cuando tenía cinco personas por función “y dos eran mi vieja y mi hermano”. Entre la generosidad y la trayectoria de Carla Peterson y el desembarco de Ajaka en la popularidad, se armó una charla interesante, en pleno veranito invernal, en un club de San Isidro, en el que Mey y Donofrio -sus efectivos personajes de Guapas (a las 21.15, por El Trece)- dirimen sus diferencias. Que son muchas. Y al mismo tiempo no son tantas.

Con las coordenadas de sus criaturas, ellos podrían haber construido el prototípico castillito de El groncho y la dama o haber dibujado con trazo grueso los lineamientos de La bella y la bestia . Nada de eso. Apoyados en los libros -de Carolina Aguirre y Leandro Calderone-, echaron mano a sus formaciones teatrales para hacer, de sus dos tipitos, gente como uno. Con contradicciones, con matices, con esos rasgos de humanidad que los acerca al público y, a la vez, los aleja de los tradicionales moldes que ofrece la ficción.

En esa reconstrucción, se reveló Donofrio (ver ¿Quién es quién?), un galán que podría ser de otra época, pero que revolucionó las redes sociales con las devoluciones que las mujeres hacen de su caballerosidad. Sensible y leal, es un sindicalista que milita en la pasión. Con los pies sobre la tierra , sedujo a la chica que vive en el aire : azafata y obsesionada por el lujo y las apariencias, sueña con un piloto que se apellida Laprida (Rafael Ferro), pero cae en las redes del amor verdadero. Ese que ahora está de fondo, porque ellos están peleados (ver La caída de ...).

Café para él. Gaseosa para ella, piar de pájaros alrededor, una típica mesa de cemento que hay en los clubes, ganas de entender, como diría Moria Casán en ShowMatch, ‘qué pasa con esta pareja’.

Peterson: Lo que pasó con nosotros fue una sorpresa, pero también fue sorpresivo lo que pasó con el programa, porque muchos pensaban que era una historia para mujeres. Y la verdad es que los hombres de Guapas, y hablo en especial de él, ocuparon un lugar muy fuerte, que hizo que la tira fuera vista por todo el mundo. Según los comentarios, parece que Donofrio es el hombre ejemplar. Al principio nos daba un poco de risa cómo de golpe era Dios para todo tipo de mujeres.

Y eso también resignificó tu personaje. Mey se mostró sensible.

Peterson: Claro, porque le aporta cosas frescas y nuevas al típico galán lineal. Podíamos haber caído en un montón de lugares comunes, pero entre los dos hicimos la historia de un hombre y una mujer que tratan de que sus dos mundos peguen y luchan por eso.

¿A vos te molesta ser, para muchos, más Donofrio que Ajaka?

Ajaka: No, para nada. Soy, efectivamente, más Donofrio que Ajaka.

Peterson: No es Donofrio ... Se llama Quedate-con-Donofrio , así me dicen por la calle.

Ajaka: Es muy loco lo que pasó, porque el mío es un personaje secundario, que al principio aparecía en una línea antagónica y de inicio tenía una escena por capítulo. Y ahora tiene un poquito más.

Con 12 años de trayectoria -básicamente en teatro, pero con varias participaciones en TV, como El puntero y Los únicos-, Ajaka se para ante la nota con timidez y agradecimiento. Con un lenguaje y un armado de frases que reflejan su sólida formación actoral. Alumno de Ricardo Bartís, formó su propia compañía, Colectivo Escalada .

Carla tiene más camino andado, tanto en teatro como en cine y TV, y tal vez entienda que lo que sucede con él a partir de Guapas es algo similar a lo que le ocurrió a ella con la desopilante Constanza de Sos mi vida, papel que luego le valió el protagónico de Lalola (2007). Son papeles llamados de reparto, que en buenas manos pueden convertirse en centrales.

Cuando te llamaron, ¿qué te dijeron sobre las claves de Donofrio?

Ajaka: Que iba a estar implicado en un triangulo amoroso con ella y Rafa Ferro. Un tipo sindicalista, dedicado al mantenimiento de los aviones. Y se fue armando esto, que está buenísimo. De las parejas clásicas, a ésta -si bien la situación de la rica y el muchacho humilde se mantiene en términos arquetípicos- la distingue eso de que ella no es tan rica ni él, tan humilde.

Pará, flaca, que debés un montón de expensas. No sos lo que decís .

¿Y qué es ella, entonces?

Ajaka: Es snob. Y es tan genuinamente desentendida de la realidad que es encantadora. Donofrio le dice: ‘¿Cómo te distraés en esto?’ . Y ella, con todo derecho, le contesta: ‘Me gusta distraerme en esto’ . Y eso acerca y aleja al mismo tiempo.

¿Y él?

Ajaka: El es un ... a ver, me cuesta decir sólo galán. Yo tengo poca televisión encima, pero me sorprende que cuando se utiliza comúnmente la expresión ‘ galán’ no se tenga presente el componente de un trazo masculino clásico romántico, que es algo que está en muchos elementos del arte, del cual la televisión se puede apropiar. Cualquier galán de policial negro contiene ese trazo rudo con una mezcla de niño, de sensible, ante la rubia bonita.

Peterson: Por suerte el programa tiene otro código, otra profundidad, otro acercamiento a la realidad. Y no se engancha con el rebote del rebote de la tele para que todo termine en un chiste.

Ajaka: Yo veo mucha tele y a veces pareciera que los hombres, más allá de sus apariencias físicas o sus elecciones estéticas, no conocieran los resortes de seducción sobre el campo femenino. Y un actor debería preocuparse por eso también. Hay un encuadramiento del mote de ‘ galán televisivo’ que es curioso, porque queda atado a dos o tres cositas. Ojo, entiendo que es ficción, pero lo simpático de Guapas es haber buscado esos resortes de la percepción de la realidad que cada uno tiene como artista.

Peterson: El gancho está en que, a pesar de las grandes diferencias, contamos un amor posible. Y eso que, como digo yo siempre, nuestros personajes son los que tienen disfraz dentro de la historia: yo me pongo el de azafata, él se pone el mameluco de operario aéreo, hacemos que estamos en el aire, nos encontramos casi siempre en un avión, que, de todos los que hay en la tira, es el espacio menos común para la gente.

Nunca habían trabajado juntos, pero generaron una química que pone en duda esa certeza. “Yo tenía amigas que habían laburado con él. No sé si vos tenías amigos que habían trabajado conmigo ...”, introduce ella, que lleva los hilos de la charla con la experiencia de quien ha estado muchas veces del otro lado del grabador. “Amigos, amigos, no. Pero yo te he visto actuar muchas veces”, devuelve Ajaka, quien cita, entre otros trabajos de Carla, Los exitosos Pells y “algunas obras dirigidas por (su maestro, Miguel) Guerberof”.

El dice que “es una gran actriz”, ella habla de las virtudes actorales y blanquea “que es un buen cocinero ... toda la tripulación está esperando que nos cocine en su horno de barro”. Hay un código que trasciende la pantalla. Tanto, que Peterson suelta que “para aprovechar lo que genera esta pareja, en el verano hacemos Donofrio y Mey de vacaciones. Vamos de Carlos Paz a Punta. Pará, aclará que es una broma”. Una lástima.

Via Clarín 












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