[ENTREVISTA | FOTOS] Carla Peterson: Nací en el mejor país para ser actriz • Revista Nueva • Una Noche de Amor

Por Ana Paula Queija.

“Nací en el mejor país para ser actriz”
Carla Peterson afirma que su lugar favorito en el mundo para trabajar es la Argentina. Relajada y divertida, habla sobre cómo la cambió la maternidad y de su nueva película, Una noche de amor.



La noche en que Carla Peterson (41) leyó por primera vez el guión de la película, se sorprendió con su propia risa: “Generalmente, no me divierto leyendo comedias, pero este libro me hizo reír”. Resulta que situaciones de lo más cotidianas en una pareja corrían con gracia y dinamismo, por lo que avanzó un paso más y expuso el guión a la gran prueba de fuego: Martín Lousteau. El ex ministro y actual embajador argentino en Estados Unidos es su marido desde hace cuatro años y, también, una especie de asesor informal, porque cuando da el visto bueno, Carla se siente más confiada. Como en cualquier pareja, el consejo de quien tenemos al lado importa: “A Martín le pareció muy bueno, así que le di otra leída y, finalmente, acepté el papel, aunque fue todo un desafío”. La película Una noche de amor está escrita y coprotagonizada por Sebastián Wainraich.

A poco de embarcar rumbo a Estados Unidos para acompañar a su marido, Carla se distiende y responde las preguntas, lo que deriva en una charla informal.

–Con veinte años de experiencia como actriz, ¿por qué te resultó un desafío Una noche de amor?
–Porque el guión no tiene un gran suceso, sino que son situaciones cotidianas, enmarcadas en una escena circular donde no pasa nada pero, a la vez, va pasando de todo. Son escenas tan reales que me cuestioné cómo llevarlas con gracia, cómo lograr que los diálogos y las situaciones estuvieran vivos, a pesar de ser tan pequeños. Hacer una escena graciosa de comedia en la tele es mucho más fácil porque hay trucos para que sea explosiva. Esto, en cambio, tenía que ser sutil porque relata justamente lo cotidiano de una pareja.

–Hay un denominador común en tus personajes, y es el humor; quizá por eso el público te quiere tanto. ¿Sos así en la vida real?
–Siempre hay algo de uno y de su observación del mundo en los personajes. Muchas veces saco cosas de la gente que me rodea, de las anécdotas que me cuentan mis amigas. Creo que cuanto más de la propia intimidad vuelca el actor en su papel, mejor. En la vida real no ando haciendo chistes todo el tiempo, pero tengo humor, tengo amigos divertidos y me gusta juntarme con gente que me hace reír y que me cuenta cosas graciosas. En Guapas, a mi personaje le escribían situaciones que me habría gustado vivir, pero en la realidad los actos tienen consecuencias que en la ficción no. Hay amigas que sí viven como mis personajes y me hacen reír mucho, pero yo soy un poco más cauta, o trato de ser más tranquila.

–Hablando de Guapas, ¿cómo es el duelo de terminar un programa que te gustó mucho hacer? 
–En realidad, cuando empezás un programa, ya sabés que se va a terminar, y a medida que vas creciendo sabés que todo es así en la vida. Lo que pasa es que uno se encariña mucho con algunos trabajos, son oportunidades que no se vuelven a repetir. Trato de disfrutar cada proyecto; de hecho, los elijo porque sé que lo voy a pasar muy bien. Con Guapas todos éramos muy conscientes de que estábamos haciendo algo muy copado, pero al final ya necesitaba terminar porque estaba cansada y quería vacaciones.

– ¿Alguna vez lo pasaste mal en alguno de tus trabajos? 
–No. Esto es casi como cuando elegís una pareja: puede no funcionar, pero al principio siempre está bueno, y como estos trabajos son cortos, todo va bien… (Se ríe).

–Una noche de amor tiene mucho de psicoanálisis. ¿Hacés terapia?
–Me psicoanalicé muchos años y me encantó. Me sirvió para conocerme, para pensar en cómo estaba viviendo; es un lugar al que uno va a pensar sin que otras cosas lo distraigan. También lo usé para armar personajes. Después dejé, y ahora esos momentos los dedico a hacer deporte y a estar con mi hijo, Gaspar.



La maternidad y el paso del tiempo

Carla es madre de Gaspar, un varón de 3 años, de quien afirma: “Llegó en el mejor momento para ser mamá”. Aunque la tele de su casa hoy solo sintoniza Peppa, la cerdita y Angry Birds, los momentos que comparte con él no los cambia por nada: “Hace poco me regaló una flor. Fue re emocionante”. También van al cine porque “ya casi se banca una peli entera”, y escuchan discos de vinilo, tirados en la cama: “Discos que eran míos de cuando era chica y le gustan, me los pide; desde Sinatra hasta Cantaniño y Margarito Tereré”.

– ¿En qué te cambió la maternidad?
–Ver que mi hijo ayer era un bebé y ahora es un chico me hace sentir que el tiempo pasa volando y que, además, hay etapas que no vuelven más. También me hizo consciente de lo que es realmente importante, y lo que antes parecían grandes problemas hoy no me importan. La mayor felicidad es ver a mi hijo feliz y sano, y todo lo demás es relativo. Yo tuve a mi hijo más grande, ya había hecho muchas cosas que me gustaban y no me quedaron cosas pendientes. Estaba preparada para ser madre, así que lo disfruto mucho.

– ¿Sos de las mamás que se estresan o sos relajada?
–No, nunca me obsesioné. Leí algunas cosas para enterarme de cómo es cada etapa del bebé, porque eso da tranquilidad. Trato de observar a Gaspar, de estar atenta, pero cuando me agarran miedos, pienso que tenemos muchas más herramientas de las que tenían nuestros padres, y digo: “¿Por qué me preocupo?”.

–Dijiste que este año tenías ganas de dedicarte más a él…
–Sí, trabajé mucho desde que él nació. Me ayudaba mi mamá, una chica, Martín, y también la producción, porque cuando trabajás en un programa diario y tenés hijos, te contemplan muchas cosas. Pero me di cuenta de que pasó muy rápido, y ahora que acaba de cumplir 3 años, es el momento para estar y para jugar con él. Dentro de poco, ya no va a querer jugar conmigo, va a querer jugar con sus amigos; entonces, quiero disfrutarlo.

– ¿Pensás tener otro hijo?
–Sí, lo re pienso. Creo que sería lindo, pero son cosas que a veces pasan y a veces no…


Aquí y allá

Para Carla, mudarse a otro país no representa un gran conflicto: “Hoy estar lejos es más fácil, la distancia no implica estar desinformado ni incomunicado”. Considera que la Argentina es el mejor país para desarrollar su carrera, pero también quiso acompañar a su pareja en este nuevo camino, que es su deseo: “Cuando me lo contó, le pregunté: ‘¿Te gusta el trabajo que vas a tener que hacer? ¿Mucho?’. Y me contestó que sí. Entonces no lo dudé porque lo que más quiero es estar con él. Además, el año pasado él me acompañó mucho”, cuenta Carla, y agrega: “Para hacer esta película, trabajaba de noche y hacía teatro, y Martín –a pesar de estar en campaña– se ocupaba todas las noches de Gaspar. Ahora era su momento”.

– ¿Cómo es vivir en otro país?
–En mi caso la mudanza es simple porque es como si me fuera de viaje y tuviera que armar un par de valijas. Además, en un mes tengo que volver para trabajar y así seguirá ocurriendo. Ocurre que la vida del actor es un poco nómade siempre.

– ¿Vas a trabajar allá?
–A mí me gusta trabajar acá, así que no voy a hacer un gran esfuerzo para buscar cosas allá. Vivo en el mejor lugar para ser actor, porque hay muchísimas propuestas, gente muy talentosa, creatividad, y posibilidades. Hice muchos programas que para mí fueron buenísimos, hay grandes directores, el teatro argentino contemporáneo es conocido en Europa y en Estados Unidos. Ya no necesitamos soñar con irnos a trabajar afuera. Además acá uno habla de sus propias costumbres y de su cultura. Creo que nací en el mejor lugar para ser actriz.

– ¿Y qué pensás hacer allá?
–Voy a estudiar. Siempre estoy trabajando la voz, el cuerpo y el movimiento. También quisiera juntarme con gente creativa, con personas que hagan más o menos lo que hago, porque me divierte, y me es muy inspirador.


“Todos queremos un amor ideal”

El amor ideal fue una de las ideas de Sebastián Wainraich cuando escribió el guión de la película Una noche de amor, que narra una noche en la vida de una pareja que lleva doce años de casada y que casi involuntariamente termina comiendo afuera sola porque el matrimonio de amigos con los que iba a salir acaba de separarse. Carla dice: “Todos queremos un amor ideal aunque dure poco”. Para Peterson, el amor se transforma con el tiempo, pero siempre quedan momentos ideales: “Yo me despierto y me voy a dormir pensando que soy la mujer más feliz del mundo por la familia que tengo. Y cuando hay algún problema, lo atravesamos entre todos gracias a este ideal; paso las situaciones más complejas acompañada y acompañando”.

–La peli habla de una pareja a quien se la “comió” la rutina. ¿Cómo hacen para zafar de la monotonía?
–Mi vida es muy cambiante. Tengo trabajos diferentes (tele, teatro, cine), y hago personajes distintos. El trabajo de Martín es dinámico también. Siempre está todo moviéndose a nuestro alrededor. Por ahora nos divertimos mucho. Además estamos con nuestro hijo y con él todo es nuevo, así que cuando nos encontramos, lo pasamos muy bien juntos en casa, y también nos gusta salir solos.

– ¿Son opuestos complementarios?
–Martín es más responsable porque su trabajo implica serlo. En cambio yo tengo las responsabilidades básicas (se ríe). Mi trabajo no tiene más responsabilidad que divertir a las personas o hacer pensar, si quieren. Adentro de casa, somos personas normales, yo no actúo y él es muy divertido, nos reímos un montón. Incluso, somos parecidos en las cosas que nos gustan, el cine y la música.

A cara lavada

Hace algunas semanas, Carla subió una selfie a su cuenta de Instagram donde se mostraba natural, sin una gota de maquillaje, pero en lugar de generar un efecto halagador por su postura relajada, la sorprendió una oleada de comentarios negativos criticando sus arrugas: “Subí la foto creyendo que estaba bien. Es que no tenía anteojos y para mí estaba linda (se ríe). Pero de golpe me empezaron a llegar comentarios que decían ‘vieja’, ‘estás toda rellenada’… y me llamó la atención que fueran mujeres las que los hacían. Me parece buenísimo cuidarnos, tratar de estar lindas, pero que entre las mismas mujeres se critiquen… Sabemos lo que es ser mujer; es muy difícil. No sé por qué somos tan malas entre nosotras”.

– ¿Te preocupa envejecer?
–No, de la vejez lo que no me gusta es el dolor físico; el resto sí. Y si bien no lo critico, no me haría cirugías. Me gustan las actrices grandes: sus rostros dicen más cosas. Además, actuás mejor con arrugas en la cara: dice más una cara arrugada que las que están estiradas.


Carla es de las que no luchan contra el tiempo. Ella cree que los actores son más interesantes cuando se ponen grandes, “porque crece la observación del mundo y de las relaciones”. Y si bien el amor de pareja, como muestra la película, va cambiando con el tiempo y puede entrar en una meseta, ella afirma: “Es el que nos salva en los peores momentos”.

Via Revista Nueva











Gracias a @@paolamontenegr8  por las fotos :*

Comentarios

Unknown dijo…
Me encanta su sinceridad y sencillez,ademàs de ser una excelente actriz.

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